The Warriors
Dirige: Walter Hill
Actúan: Michael Beck, James Remar, Dorsey Wright, Brian Tyler, David Harris, Tom McKitterick, Marcelino Sánchez, Terry Michos, Deborah Van Valkenburgh, entre muchos más…
Año: 1979
Duración: 94 min
Si les gusta la rudeza, los buenos looks, una historia no muy profunda acerca de pandillas de los casi ochentas, en especial las de Nueva York, y específicamente los que se hacen llamar “Los Guerreros” esta película es la mejor opción para pasarse una tarde bombísima, acompañado de sus cuates más malandrines y unas chelitas en domingo.
Ubiquémonos en NY, específicamente en Manhattan, es la convención más grande de pandillas, muchachos maloras con ganas de golpear a todo el que se atreva a pasar por sus territorios, a la policía, a otras pandillas semejantes, incluso a sus madres. Cerca de 60, 000 elementos unidos sólo para ir a escuchar a Cyrus, un malandro más viejón que el resto, líder de la pandilla más poderosa, Los Riffs, encargado de organizar un botín, la unión de todas los grupos rebeldes en contra de la policía con el fin de adueñarse de las calles y armar así el desmadre más padre de la historia de NY; la única condición: asistir desarmado, y con un buen de ganas de entrarle al pacto.
Obviamente los Warriors no se perderán el mejor evento de las pandillas y aunque vivan hasta la cola del diablo (Coney Island, si así se llama la cola del diablo), se deciden lanzar en metro recorriendo toda la línea Barranca del Muerto-Rosario hagan de cuenta (yo lo haría), todo con tal de llegar muy chiles mostrando sus pectorales (yo con un brassier claro) debajo de su chaleco muy padre que todos quisiéramos tener.
Por supuesto que como todos los que asistieron eran pandilleros, alguno muy malacopa por ahi (un tal Luther, líder de los Rogues) no obedecería la regla de no portar arma y mucho menos se aguantaría las ganas de quebrarse al más chido enfrente de todos, así que como siempre se suele culpar al más pendejo, o al que más trabajo le costó llegar al lugar, culpan a los Warriors, así nada más porque si. A partir de aquí empieza una corretiza intensa que es el cuerpo de toda la historia, miles de muchachos (según, porque en la peli saldrán unos cincuenta a lo mucho) empiezan a tratar de capturar a los supuestos asesinos de Cyrus y entregarlos a los Riffs (Ash como si deveras hubieran sido muy sus cuates pero en fin) los Warriors, quiénes ante el salvajismo de todos, no les queda más que huir para sobrevivir, sin poder explicar que ellos eran inocentes.
Todos se esconden en un cementerio, bueno no todos, se dan cuenta de que su líder ha caído en el combate, así que cansados de tener un líder negro (no se si sea así pero yo lo acabo de deducir, igual y hasta lo dejaron ahí al propósito), eligen al más güero de todos, Swan, un chavo muy chicles bomba que ahora les dice como va a estar la onda, ya que la tregua de pandillas de la que hablaba Cyrus (e.p.d) se fue al carajo, no tienen más alternativa que intentar llegar a sus territorios para estar a salvo.
Primero los persiguen los skinheads, trepados en camiones y armados con palos y cadenas, por ahí también andan los policías, pero casi ni se notan, como suele suceder en la vida real, según toda la policía los persigue, pero no tiene gran relevancia, hablemos mejor de las pandillas. Suben al metro correteados por los skins quiénes por más que corrieron no los alcanzaron; una vez en el vagón se creen victoriosos pero no cuentan con que alguien ha causado un desmán en una de las estaciones que los obliga a bajar del tren y caminar hasta encontrar la siguiente, el chiste es que se encuentran a los “Huérfanos” unos pobres que le hacen honor a su nombre porque no tenían madre, porque nadie los quiso invitar a la convención, y además porque nadie los quiere, de ahí sale una prosti pegoste (Mercy), que no ayuda pero como estorba, y que anda de coqueta con el nuevo jefe de la pandilla, pasarán sin problema por ese barrio gracias a que los huérfanos estaban muy “chavos” para eso de la delincuencia.
Llega el momento de separarse, tres logran llegar al tren después de perder a Fox, quién fue arrojado a las vías durante un forcejeo con un policía, cosa que al parecer les valió madres tras irse de pachanga con las Lizzies, unas viejas bien feas que con sus supuestos encantos intentan capturarlos; otros cuatro caminan por las calles peligrosas, entre ellos Swan, estos se enfrentan a los Baseball Furies, unos weyes bien padres vestidos de beisbolistas y pintados de la cara que llevan sus respectivos bats, pero aún así los Warriors son los meros meros y les dan una lección. En poco tiempo estos cuatro se convierten en tres, ya que entre ellos, siempre hay uno que se quiere sentir el muy locochón, Ajax, quien es capturado por la autoridad al andar de conquistador con una mujer solitaria que resulta ser policía.
Después de todas estas batallas se vuelven a reunir y ahora se enfrentan a los punks, pero de esos de a de veras, no como los que ahora viven de homeless en la Glorieta de Insurgentes, ganando una vez más la batalla. Se suben al tren ya al amanecer y llegan a Coney Island, en donde los están esperando los Rogues, los verdaderos culpables de todo lo ocurrido; empiezan a armar un combate en donde se declara toda la verdad, casualmente los Riffs van pasando por ahí, escuchan la confesión y felicitan la valentía de los Warriors, quienes dejan de ser simplemente buenos para convertirse en “LOS MEJORES”.
Esta es una historia que resalta los valores como la amistad, la camaradería, la lealtad a los cuates y la valentía, ok no es cierto, aquí solo importa salvar el cuerpo propio muera quien muera, correr aunque a tu amigo se vaya al carajo, ligarte a la peor vieja del condado y verte muy perra con tu chaleco de piel y tus chacos…
Aquí les dejo una probadita para deleitarse…
Dirige: Walter Hill
Actúan: Michael Beck, James Remar, Dorsey Wright, Brian Tyler, David Harris, Tom McKitterick, Marcelino Sánchez, Terry Michos, Deborah Van Valkenburgh, entre muchos más…
Año: 1979
Duración: 94 min
Si les gusta la rudeza, los buenos looks, una historia no muy profunda acerca de pandillas de los casi ochentas, en especial las de Nueva York, y específicamente los que se hacen llamar “Los Guerreros” esta película es la mejor opción para pasarse una tarde bombísima, acompañado de sus cuates más malandrines y unas chelitas en domingo.
Ubiquémonos en NY, específicamente en Manhattan, es la convención más grande de pandillas, muchachos maloras con ganas de golpear a todo el que se atreva a pasar por sus territorios, a la policía, a otras pandillas semejantes, incluso a sus madres. Cerca de 60, 000 elementos unidos sólo para ir a escuchar a Cyrus, un malandro más viejón que el resto, líder de la pandilla más poderosa, Los Riffs, encargado de organizar un botín, la unión de todas los grupos rebeldes en contra de la policía con el fin de adueñarse de las calles y armar así el desmadre más padre de la historia de NY; la única condición: asistir desarmado, y con un buen de ganas de entrarle al pacto.
Obviamente los Warriors no se perderán el mejor evento de las pandillas y aunque vivan hasta la cola del diablo (Coney Island, si así se llama la cola del diablo), se deciden lanzar en metro recorriendo toda la línea Barranca del Muerto-Rosario hagan de cuenta (yo lo haría), todo con tal de llegar muy chiles mostrando sus pectorales (yo con un brassier claro) debajo de su chaleco muy padre que todos quisiéramos tener.
Por supuesto que como todos los que asistieron eran pandilleros, alguno muy malacopa por ahi (un tal Luther, líder de los Rogues) no obedecería la regla de no portar arma y mucho menos se aguantaría las ganas de quebrarse al más chido enfrente de todos, así que como siempre se suele culpar al más pendejo, o al que más trabajo le costó llegar al lugar, culpan a los Warriors, así nada más porque si. A partir de aquí empieza una corretiza intensa que es el cuerpo de toda la historia, miles de muchachos (según, porque en la peli saldrán unos cincuenta a lo mucho) empiezan a tratar de capturar a los supuestos asesinos de Cyrus y entregarlos a los Riffs (Ash como si deveras hubieran sido muy sus cuates pero en fin) los Warriors, quiénes ante el salvajismo de todos, no les queda más que huir para sobrevivir, sin poder explicar que ellos eran inocentes.
Todos se esconden en un cementerio, bueno no todos, se dan cuenta de que su líder ha caído en el combate, así que cansados de tener un líder negro (no se si sea así pero yo lo acabo de deducir, igual y hasta lo dejaron ahí al propósito), eligen al más güero de todos, Swan, un chavo muy chicles bomba que ahora les dice como va a estar la onda, ya que la tregua de pandillas de la que hablaba Cyrus (e.p.d) se fue al carajo, no tienen más alternativa que intentar llegar a sus territorios para estar a salvo.
Primero los persiguen los skinheads, trepados en camiones y armados con palos y cadenas, por ahí también andan los policías, pero casi ni se notan, como suele suceder en la vida real, según toda la policía los persigue, pero no tiene gran relevancia, hablemos mejor de las pandillas. Suben al metro correteados por los skins quiénes por más que corrieron no los alcanzaron; una vez en el vagón se creen victoriosos pero no cuentan con que alguien ha causado un desmán en una de las estaciones que los obliga a bajar del tren y caminar hasta encontrar la siguiente, el chiste es que se encuentran a los “Huérfanos” unos pobres que le hacen honor a su nombre porque no tenían madre, porque nadie los quiso invitar a la convención, y además porque nadie los quiere, de ahí sale una prosti pegoste (Mercy), que no ayuda pero como estorba, y que anda de coqueta con el nuevo jefe de la pandilla, pasarán sin problema por ese barrio gracias a que los huérfanos estaban muy “chavos” para eso de la delincuencia.
Llega el momento de separarse, tres logran llegar al tren después de perder a Fox, quién fue arrojado a las vías durante un forcejeo con un policía, cosa que al parecer les valió madres tras irse de pachanga con las Lizzies, unas viejas bien feas que con sus supuestos encantos intentan capturarlos; otros cuatro caminan por las calles peligrosas, entre ellos Swan, estos se enfrentan a los Baseball Furies, unos weyes bien padres vestidos de beisbolistas y pintados de la cara que llevan sus respectivos bats, pero aún así los Warriors son los meros meros y les dan una lección. En poco tiempo estos cuatro se convierten en tres, ya que entre ellos, siempre hay uno que se quiere sentir el muy locochón, Ajax, quien es capturado por la autoridad al andar de conquistador con una mujer solitaria que resulta ser policía.
Después de todas estas batallas se vuelven a reunir y ahora se enfrentan a los punks, pero de esos de a de veras, no como los que ahora viven de homeless en la Glorieta de Insurgentes, ganando una vez más la batalla. Se suben al tren ya al amanecer y llegan a Coney Island, en donde los están esperando los Rogues, los verdaderos culpables de todo lo ocurrido; empiezan a armar un combate en donde se declara toda la verdad, casualmente los Riffs van pasando por ahí, escuchan la confesión y felicitan la valentía de los Warriors, quienes dejan de ser simplemente buenos para convertirse en “LOS MEJORES”.
Esta es una historia que resalta los valores como la amistad, la camaradería, la lealtad a los cuates y la valentía, ok no es cierto, aquí solo importa salvar el cuerpo propio muera quien muera, correr aunque a tu amigo se vaya al carajo, ligarte a la peor vieja del condado y verte muy perra con tu chaleco de piel y tus chacos…
Aquí les dejo una probadita para deleitarse…
2 comentarios:
me flipea cabron la peli, agradeceré diciendo que esta: salvajemente grupero!
jajaja gracias!!! buenisima peli sin duda
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