6.01.2010

Aracnofobia

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(Arachnophobia, EEUU, 1990)
Dirige Frank Marshall
Protagonizan Jeff Daniels, John Goodman y Harley Jane Kozak
Dura 105 min.

Tres cosas en esta vida me matan de miedo, a saber: la guerra, la obesidad y las arañas. La primera está fuera de mi control (por ahora), la segunda maso y la tercera es la más horrenda plaga en la historia, bestiecillas salidas del mismo infierno con formas tan grotescas y llenas de maldad, sedientas de sangre humana, invasoras de espacios de meditación y así, tipo.

El doctor James Atherton se muda con su familia a un pueblito a las afueras de California, hartos de la ajetreada vida en San Francisco y los gays. En el nuevo pueblo, el doctor se las ve duras porque ya hay un médico de cabecera, un viejito super ortodoxo que controla el mercado negro de los fármacos y las enfermedades locales. De tal forma, casi nadie se atiende con James y pues así, la vida no le sonríe.

En otro lado del mundo, más abajito del ecuador, unos científicos asquerosos se ponen a buscar a una araña muy mala en el Amazonas, una especia tan mortal como bailadora de samba y, extrañamente, agresiva con su entorno (ay ajaaaa, científicos mentirosos). Pues por metiches, una araña se les mete en la maleta y se los come, de forma que son enviados en un modesto ataúd del tercer mundo a sus hogares pero uno de ellos también lleva a la araña mala, que astutamente se esconde y, a través de varios rides, llega hasta el pueblito del Dr. James, donde descubre su granero y hace un nido.

Ahora que la araña ya tiene esposa e hijos, comienza a salir a las calles (en acecho, no en protesta) y se comen a varias personas que, por coincidencia, habían sido de los pocos que habían ido con el Dr. James a tratarse los juanetes y así, tons como se mueren de a uno en uno, James es conocido como el Dr. Muerte, la población le teme y el Dr. viejito lo mal-mira. Para entonces, la población arañera ya ha crecido en proporciones bíblicas y las muertes comienzan a ser generalizadas, salen de las palomitas y salen de todos lados.

Pronto la casa de James está infestada de las mascotas de Satanás, su familia consigue salir por la ventana con todo y el perro, pero el Dr. se atora y no puede, por cierto que el Dr. es aracnofóbico de esos locochones, de los que corren, piden ayuda, les da comezón y, si están ebrios, lloran (como Roi). Tons corre a buscar otra salida: el sótano, excelente idea no? Pues no, porque ahí está un segundo nido!!! Nótese que el primero ya había sido destruído por el Dr. y el exterminador (de animales, no de Alien), pensando que el terror había acabado. Cuando se da cuenta de su irónico error, no le queda más que luchar contra la reina (araña, no Sofía) y su rey (araña, no Misterio), pero gracias a Dios, que todo lo ve, alcanza a aventar a la reina antes que lo pique y se quema en los fusibles y le truena la panza, le sale un líquido super nasty y, con ello, la siguiente generación de arañas bandido.

El problema obviamente no ha terminado porque el rey ya quedó viudo y despechado, amaba a su esposa y tenía bonitas expectativas para su hijos, toda una vida trazada y borrada por este médico sádico. Con furia, la araña se le avienta y lo intenta morder, le mueve los palpos en la cara y en más de una ocasión casi consigue su cometido, pero el Dr., tan hábil como espantado, rechaza sus ataques una y otra vez, hasta que consigue darle un tablazo y la manda a donde está el nido incendiado. FIU. Pues no!!! El araño con fuego se lanza onda Mortal Kombat pero el Dr. le hace un oriuken y, con ayuda de una pistola de clavos de esas que se usan mucho en EEUU, le da en el centro de su fétido cuerpo y con él, la plaga, terror y muertes escandalosas acaban en el pueblito. El Dr. cura las heridas de su familia, que no se muere, deja de ser el Dr. Muerte y se muda a la ciudad otra vez, comprende el error de irse a una comunidad rural llena de rednecks y mejor se queda a soportar a las vestidas y los terremotos de San-Fran.

Aracnofobia es el resumen de todo lo que está mal con este mundo: la homofobia se castiga con una horda de animales asesinos y hablar mal de tus colegas profesionales se castiga con una horda de animales asesinos, igual que la invasión de ecosistemas protegidos y el tráfico de especies locales a ambientes diferentes. La lección de vida de esta película es: si ves una araña, mátala o ella te va a matar en cuanto tenga oportunidad.

Siempre suyo y con un insecticida en mano... Roi.


3 comentarios:

Pável dijo...

Estaba a punto de correr al Mix up a comprarla, hasta que me recordaste que no salen la reyna Sofía ni rey Misterio. ¿Así qué fuckin' chiste?

(Lo amé y me reí como nunca. Literal: como nunca. Pero lo digo acá, bajito y entre paréntesis para que no te creas el muy muy.)

Alicia L. dijo...

Y también nos enseña esta gran pelicula que matar a las arañas con fuego es mejor (y más divertido).

Así que, me voy, con un aerosol en la mano y un encendedor en la otra.

Roi dijo...

Pero qué bonitos sus comments oigan, lo del fuego es infalible, yo lo he aplicado con moscas de la fruta (ya no, ya no....).

I believe myself the very very already!