12.01.2009

Relaciones Peligrosas

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(Dangerous Liaisons, EE.UU. y Reino Unido, 1988)
Dirige Stephen Frears
Protagonizan Glenn Close, John Malkovich y Michelle Pfeiffer
Dura 119 min.

Alguien una vez me dijo que la venganza nunca es buena porque mata el alma y la envenena. Y sí cierto. ¿Cuántas veces nos hemos visto involucrados en andar con alguien al mismo tiempo que otro alguien y ese, a su vez, dándole vuelo a la hilacha también por su cuenta? Si es ud. muy promiscuo seguro que miles de veces, pero si no lo es, por supuesto que también aunque no se enteró. O sí pero hasta el último momento, como Michelle Pfeiffer y nuestro fin viene de igual forma. Veamos.

La duquesa Merteuil lleva una vida de lujos y seducción constante, entre su lista de amantes se encuentra el igualmente putón vizconde Valmont. A pesar de lo bueno que suena su condición, la duquesa se encuentra furiosa al saber que su ex se va a casar con una morra bien equis, por lo cual trama junto a Valmont la forma de arruinar esa unión, pero éste se rehúsa al creer que enamorar a una jovencita es empresa demasiado fácil, a quien él quiere llevarse a la cama es a la virtuosa señora Tourvel. La duquesa entonces propone una hazaña mayor: que se ligue a las dos y una jugosa recompensa le esperará a su regreso a manos de ella misma. El vizconde no puede rechazar a tres hermosas mujeres de un sólo tiro y dice ¡ps cómo no!

La señora Tourvel, casada pero en espera de un marido viajador, se encuentra vacacionando con la anciana tía de Valmont, ocasión que él aprovecha para ir de visita y comenzar su juego de miraditas y guiños de ojo. Ella ya ha sido adevertida de la nefasta reputación del vizconde, pero él se las ingenia para hacerle creer que su vida ha dado un giro completo y que su vocación ahora es la decencia. Por otro lado, la chavita de la segunda parte del plan también vacaciona en esa casa (es una casa muy grande) y Valmont en un sólo día la convence de ir con la corriente y asi. El problema es que Valmont comienza a tener sentimientos honestos con la purísima señora Tourvel y le cuesta hacer el trabajo sucio.

Él regresa a contarle los avances a la malévola duquesa, quien le conoce tan bien que se da cuenta sobre el enamoramiento potencial de su embajador, asi que, celosa porque lo quiere sólo para ella, le exige que pasar una noche con la otra y su palabra no son suficientes, que deberá llevarle una carta escrita por Tourvel donde ella misma diga que la noche de pasión ocurrió. Y que además cuando ocurra la deberá dejar. Y que si no lo hace, ella se encargará de hacerlo ver como un ñoño con el resto de la banda locochona de Paris. Valmont se preocupa, se le conoce como un jugador y jamás permitiría ser conocido de otra forma. De tal forma, realiza justamente lo que Merteuil le pide y cuando llega a cobrar su premio, ella le recuerda que sin carta no hay nada y que si aún le interesa, ahora deberá volver a enamorar a la despechadísima Tourvel.

Cuando Valmont está a punto de conseguirlo pues Tourvel además de muy buena es muy imbécil, se entera que Merteuil tiene por amante al novio escondido de la chavita con quien él ya se entiende extremadamente bien, asi que celoso una vez más, declara la guerra a la duquesa. Ella, siempre un paso más adelante, lo delata con el amante sobre sus encuentros con su novia y éste se apresura a enfrentarlo en duelo, pero Valmont ya se siente tan desdichado por aplicársela a Tourvel que le permité ganar y herirlo de muerte. Sin embargo, su último deseo es que le confiese a Tourvel su amor y muerte y le da todas las cartas que hubieron entre él y Merteuil, una dama respetada con todo y que es la más perra del mundo. Cuando la señora Tourvel se entera de lo acontecido se muere de tristeza (como los patos) y el joven enojado publica los manuscritos, logrando que Merteuil sea abucheada en la ópera y su fama devenga en la peor de las catástrofes.

Relaciones Peligrosas, entonces, nos hace un completo resumen de por qué nunca es padre aplicársela a los demás, incluso si esos demás no tengan una venganza en mente, pero sí el universo y al final todo lo feo se regresa. La reputación no siempre es cosa de tomarse en serio, pero cuando ésta corre como la dinamita, lo más probable es que todas nuestras relaciones se hagan peligrosas y, por ello, debemos aprender de la honestidad de Tourvel aunque no de su estupidez. Aprender de la pericia y dotes amatorias de Valmont pero no de su patanería. De la buena vida de Merteuil pero no de su manipulación. Porque al final del día el karma sí que es bitch.

Siempre suyo... Roi.

1 comentario:

Pável dijo...

Híjole, yo no sé cual amar más, si esta versión o el remake más fresota, teenager y L.A. Bitch, Juegos Sexuales (Cruel Intentions).

Es que, doble híjole, ésta está (nótese mi pulcro uso del acentro diacrítico) buenérrima con Cruella De Vil y toda la cosa, pero sí se avienta su quién vive contra la otra versión, que tiene en un combo A Buffy la Cazavampiros y a Legalmente rubia, además de pilón a Selma Blair a quien amo con furia rabiosa.

Uff uff uff y recontra uff.

Ya, ya lo decidí, me quedo con la versión teenager y su secuencia final con Bitter Sweet Symphony y el rosario con cocaína :D