El lugar sin límites

Director: Arturo Ripstein
Año: 1978
Duración: 110 minutos

Siempre hay que poner límites a las cosas, si no, luego pasan cosas bien feas y mala onda… con ustedes “El lugar sin límites”

Pues resulta que en un pueblo pinche en vías de ponerse más pinche hasta el punto de desaparecer, ya solo quedan una gasolinera, un rancho y un puticlub en funcionamiento y para colmo con problemas de abastecimiento de energía eléctrica. La desaparición del pueblo solo parece importar a las del puticlub que no quieren cambiar de lugar de residencia pues durante años la han pasado bomba.

El problema medular del pueblo es que este se encuentra en la mira de una gran compañía para ser comprado, pero para esto deben lograr que se deshabite el lugar y esto lo van logrando poco a poco con ayuda del cacique del pueblo y dueño del rancho, quien lleva por nombre Alejo; este personaje se hace pasar por amigo de las chicas del prostíbulo para ayudarlas a mantener el lugar y recobrar el servicio eléctrico, pero en realidad pretende hacer que se vayan y comprar su propiedad para así poder vender a los interesados en el terreno.

En el puticlub se encuentra una figura central y decadente de la historia, de nombre Manuela, que es un travesti dueño de la casa y padre de la Japonesita, hija de la primera dueña del putero y ahora muerta; la Manuela vive feliz, excepción por el temor que despierta en ella el que fuera uno de los protegidos por Don Alejo, Pancho, con quien tuvo un como romance que terminó el mismito día que inició, con una golpiza propinada por el mismo Pancho a la Manuela.

La Manuela vive en el temor de que Pancho se aparezca y la mate a golpes a pesar de que ella le trae ganas porque el Pancho es un machote como los que a ella le gustan. Total que un día los temores de Manuela se hacen realidad y Pancho después de viajar haciendo mudanzas, reaparece para hacer de las suyas, y en compañía de su cuñado decide que no importa que el puticlub goce de la “protección” de Don Alejo, ellos traen varo y pueden visitar a las chicas (y al chico) cuando quieran.

El Pancho y su cuñado llegan al putero y al principio todo transcurre en clama hasta que Pancho se pone briago y pregunta por la Manuela, las chicas niegan que ella esté en el casa, pero ante su insistencia y lo violento que se estaba poniendo con la Japonesita, la Manuela aparece, tons los deseos de ambos no se contienen y Manuela y el Pancho por fin juntos de nuevo se agarran a besotes hasta que el cuñado de Pancho se da cuenta y tacha a este de maricón , entonces Pancho se da cuenta de que sí anda de maricón y decide mejor demostrar su hombría golpeando a la Manuela, cosa en la que su cuñado le ayuda y lleva al anunciado pero feo final de la Manuela.

Esta historia nos habla de la importancia de ser maricones pero no mucho o cuando menos no en un pueblo pinche, sin futuro y sin luz.

Escenas que no te puedes perder:
La Manuela nos enseña sus habilidades en el baile
La Japonesa gana apuesta a Don Alejo
Pancho y la Manuela se reencuentran

Acá el tráiler, está bien chida la narración jajaja