3.01.2010

El despertar del diablo

( The Evil Dead, E.U., 1981)
Dirige: Sam Reimi
Actúan: Bruce Campbell, Ellen Sandweiss, Richard DeManincor, Betsy Baker y Theresa Tilly
Duración: 82 min.



Esta es una de las películas que más me ha causado emociones encontradas, por un lado, el reírme como loca por la incoherencia de algunas escenas y de repente se me saque de mi diversión con un sobresalto y luego me vuelva a reir de tanta tripa y sangre sobre la pantalla ( y claro, sobre los personajes) y luego me vuelva a asustar con la voz del demonio en los poseídos y así todo el tiempo, y es que hasta la cosa peor hecha en esta cinta es tan perdonable, todo es necesario, todo está tan bien puesto y aunque de exquisitez cinematográfica se trate, no sea el mejor ejemplo, me vale madre, es de mis favoritas.

¿Qué les parece si salimos de a parejas? –“Ay si vamos, vamos todos” dicen a coro cuatro muchachos , y luego habla por ahí la hermana de uno y dice –“ay que yo también me les pego” y que los otros- “Ay pues ya que...” y así ha de haber comenzado todo.

Cinco jovenzuelos (según la historia porque algunos ya se ven un poco rucos para andar simulando que tienen como 18) van en el auto muy felices cante y cante, esperando el bonito momento de fajarse cada quien a sus novias en una cabaña en medio del bosque (claro a excepción de la hermana solterona, que va de pegoste, ella nada más quiere pasar unos días de metiche, viendo como todos tienen alguien que los quiere y ella no), el chiste es que después de un largo viaje por brechas y puentes que se andan deshaciendo, llegan a una siniestra cabaña polvorienta, qué de inició, tiene un siniestro columpio que se azota siniestramente sin explicación siniestra.

Esto no les causa ni la más mínima exaltación y deciden quedarse a echar la chorcha cada uno con su pareja, mientras la que va sola, se encierra en su cuarto para dibujar como buena ñoña que es (no es que la odie pero, ¿quién va de mal quinto?); el resultado es que un ente maligno o quien sabe que cosa, se apodera de su mano y termina dibujando algo así como un Bob Esponja pero malo, mientras el péndulo de un reloj se detiene súbitamente desafiando las leyes de la gravedad.

A la siguiente noche ahora si conviven todos, cuentan chistes, brindan y de repente se abre la puerta del sótano súbitamente, como siempre hay un valiente, hiperactivo y chistoso, es el mismo que se atreve a ir a ver que hay, es ahí donde encuentran el tan famoso “libro de los muertos” forrado en piel y escrito con sangre humana (uuuhhhh...), junto con una grabación que contiene su lectura en voz de un arqueólogo que vivía ahí, obvio la escuchan y con esto desatan la furia de todos los espíritus malignos que permanecían aletargados en el bosque.

Como es de esperarse (y como lo dijo la grabación) estos entes empiezan a poseer uno a uno a los chicos, primero la solterona Cheryl (tan predecible) que tras sufrir una violación masiva de ramajes en el bosque, se convierte en un verdadero adefesio que si da miedo, un ser espantoso con los ojos volteados, el cuerpo retorcido que se eleva por los aires, la boca llena de sangre y una sustancia lechosa y que grita injurias con la verdadera voz de Satán, este ser que ya no es la hermana sino Belcebú o uno de esos demonios, los sentencia a morir uno a uno y le pica el pie con un lápiz a la novia de Ashley (como que era nombre de mujer, pero bueno, digámosle Ash...). Encierran al mostro en el sótano y por una rendijita éste se encargará de burlarse hasta el cansancio de los otros cuatro toda la película.

La siguiente en ser poseída es la novia de Scott, el que se hacía el valiente y bonachón, Shelley se convierte en hombre espaldón, negro y feo con un cabello como de Carmen Salinas, se le pudre la cara y chorrea leche y sustancia azul (disculpen el ser tan explícita pero esto es lo verdaderamente interesante de la cinta). De seguro el muchacho nunca quizo a su novia, como ahora se le hacía muy fea y masculina, la partió en pedazos con un hacha sin dificultad (además también lo especificaba la grabación), sólo de esta forma podría deshacerse de ella, haciéndola cachos vivientes.

Total que se echa a correr el tal Scott por el bosque tratando de escapar, quién sabe porque razón y Ash se queda sólo con su novia Linda (la del pie picado) y en lugar de aprovechar que los han dejado en privado, la muy mala onda decide que también se va a convertir en demonio; Linda en especial me da más miedo porque parece como una muñeca satánica que canta una canción cursilona con la vocecita bien macabra, hasta coletas tiene la condenada y no deja de reírse sentada en posición flor de loto en medio de la habitación.

Ash tendrá que luchar ahora contra sí mismo (ash...!) y hacerse de tripas corazón (literal), partiéndola en cachos o dejarla vivir porque la ama mucho. Decide enterrarla como Dios manda, entera, pero será un grave error porque pronto se saldrá de la tierra para destrozarlo y es entonces cuando, sin pensarlo, le arranca la cabeza de un palazo.

Scott regresa todo madreado por las ramas del bosque y se convierte también, se hace como viejito medio cadavérico y ataca al solitario Ash que se defiende con sus últimas fuerzas, lo madrea también su hermana solterona, que se me olvidó decir, se escapaba de donde estaba encerrada y hasta la cabeza de la novia sigue riéndose, convirtiéndolo todo en una pesadilla.

¡¿Cómo no se le ocurrió antes?! La clave está en destruir el libro de los muertos en la fogata y mientras se consume, sucede una de las escenas más padres de la película, un stop motion de la desintegración asquerosa de los cuerpos poseídos por el mal.

Ha amanecido y Ash ha logrado sobrevivir pero ¿será por mucho tiempo?. Les recomiendo poner especial atención en la continuidad, los close ups, la musicalización y efectos de sonido, se divertirán mucho y se la pasarán bomba.



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