Chucky 3

(Child's Play 3, EE. UU., 1991)
Director: Jack Bender
Elenco: Justin Whalin, Perrey Reeves, Jeremy Sylvers, Brad Dourif.
Duración: 90 min.

Junte ud. un muñeco, un adolescente, un espíritu, un colegio militar, un niño afroamericano y una posesión diablólica**. ¿Qué obtiene? No, no se trata de cualquier barrio en New Orleans, añádase a todo ello una historia de horror y el resultado, sin mayor preámbulo, es Chucky 3.

Andy Barclay se encuentra en un momento clave de su vida: la pubertad ha llegado a su máxima capacidad, acaba de cumplir sus dulces 16 y el Sistema de Adopción Temporal no puede mandarlo con otra familia adoptiva, temerosas todas de un chico con tan mal agüero, así es que se decide enviarle a una academia militar. Ahí, Andy deberá aprender sobre la disciplina y el recato, marchar bajo la lluvia, cargar las municiones correctamente y la diferencia entre un rifle y "su pistola". Desde el inicio, el joven Barclay tiene dificultades para adaptarse a la vida de encierro, sobre todo después de ser un niño que siempre tuvo acceso a todo lo que le placía (excepto una familia que se mantuviera viva).

Pero un viejo conocido de Andy, quien lo creía destruído en la fábrica de muñecos en la parte 2 de esta leyenda del séptimo arte, encuentra la forma de enviarse por correo para capturar, por fin, a su potencial donante de cuerpo. Charles Lee Ray está de regreso. Chucky está de regreso. Por supuesto, ambos reunidos en un mismo ente y con la meta de conjurar a los espíritus chocarreros para cobrar vida nuevamente a través del cuerpo joven, esbelto y rubio de Andy. Sin embargo, antes que esto suceda, Chucky se encuentra con otro joven alumno, mucho más joven y mucho más afroamericano, así que con la premisa de conseguir una vida más larga (y otros atributos, quizá, igual de largos), el nuevo plan maestro de Chucky es poseer el cuerpo de Tyler.

Andy, perspicáz como pocos, se da cuenta de la situación e intenta evitar dicha toma del cuerpo con lujo de violencia y satanismo. El problema es que nadie le puede ayudar, lo tomarán por loco y Da Silva, su compañera del cole, no volverá a hablarle de amor.

Afortunadamente ella y sus otros dos amigos son muy comprensivos y deciden ayudarlo a enfrentar al enemigo # 1. Después de algunos momentos angustiosos en el bosque, como parte de un camping anual, Andy consigue llegar hasta una feria y engaña a Chucky, quien lo sigue hasta la casona del terror. Ahí es que Andy reúne todas sus fuerzas y artimañas y lanza al muñeco diabólico a un ventilador gigante, que destroza a la malévola figura de acción hasta quedar en añicos. Andy es llevado a la policía (como en cada película anterior) para explicar su versión de la historia, su futuro es ahora incierto, la cárcel podría ser un mejor lugar para que el buen Andy Barclay termine de inventar cuentos chinos. Pero eso no se sabe, ni se sabrá nunca.

Una historia de suspenso con buenas dosis de terror y locura adolescente. Veamos a Andy como un futuro asesino serial, quien consigue salir de aprietos con base en una historia de lo más creíble: "Yo no fuí, fue este muñeco que me regaló mi mamá en Navidad". Ok. Es probable que Chucky no sea más que una persona pequeña quien guarda un terrible rencor contra la sociedad injusta y discriminatoria. O es posible, también, que Chucky no sea más que un muñeco poseído por el alma de un asesino que busca venganza, enfrentándose a un niño esquizofrénico quien presenció la muerte de su madre cuando tenía apenas 6 añitos.

¿Quién tiene la culpa? ¿Qué es bueno y qué no lo es? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a este par de seres con mala suerte?

**Favor de no juntarlos a no ser que busque un buen dolor de cabeza.


Siempre suyo... Roi.