Jóvenes Brujas

(The Craft, EE.UU. 1996)
Digire Andrew Fleming.
Con Fairuza Balk, Robin Tunney, Neve Campbell.
Dura 101 minutos.

Hace 14 años fui al cine de Tacuba, uno que ya no existe, había matiné y decidimos ver Jóvenes Brujas y, después, Jóvenes Brujas otra vez. Hay veces en la vida en que uno piensa que lo mejor de lo mejor es echarle el mal de ojo a alguien, no es difícil pensar quien sí y quien no lo merece, en realidad creo que yo merezco uno, sin embargo, como esta peli nos lo demuestra, jugar con las fuerzas de Pazuzu o Manon puede terminar con muchas de nuestras ilusiones y alegrías.

Sarah, una chava emo que se intentó suicidar, se muda con su padre a LA y la inscriben en un colegio católico. Como en todos los colegios católicos, se encuentra con un grupo de viejas locas que son así como adoradoras de Satanás. La jefa de la pandilla es Nancy, una gótica medio border pero interesada en conocer mejor a Nancy porque Bonnie, otra chava con problemas de la piel, la cachó girando un lapiz con la cabeza (o sea, con telekinesis, no malabares).

Pronto se hacen amigas todas y se cuentan sus secretos, hacen pijamadas e invocan a los espíritus, es decir, se hacen grandes confidentes. Ahora que sus poderes van alcanzando nuevos niveles de perfección, ya que Sarah es una bruja de verdad, deciden que es buen momento de invocar a la fuerza de todo el universo, Manon, quien les concederá sus deseos a cambio de una gota de su sangre mezclada en vino, que ellas mismas beben, sin preocuparse por el SIDA o el asco.

El problema fue cuando los deseos se concedieron: Sarah consiguió la atención del deportista que le gusta; Nancy de repente tuvo mucho dinero; Bonnie tuvo piel perfecta y la negra consiguió que una rubia se quedara pelona, ya ven cómo son. El pedo es que el chavo que quiere con Sarah acaba acosándola y Nancy lo mata, Sarah cree que fue too much y decide abrirse de la clicka. Las chicas no están de acuerdo y, para convencerla, intentan matarla y le crean ilusiones de miedo y le hacen creer que su papá se murió, todo lo que uno hace cuando no quiere que su amigo se separe.

Finalmente Sarah consulta a la vieja bruja del barrio, quien le dice que su mamá (de Sarah) era una bruja y que su poder aún vive y que es muy poderosa y así, tons Sarah dice "va" y enfrenta a las locas aquellas, ahora que su poder ha sido conjurado como Dios manda. Le hace creer a Bonnie que sus imprefecciones de la piel regresan pero hasta la cara y a la otra (ya pues, se llama Rochelle...) le tira el pelo, ellas corren y dejan a Nancy en el enfrentamiento final. Pelean, se arañan, se echan conjuros, se quitan la ropa, cat fight total. Sarah consigue ganarle a la darketa, quien acaba encerrada en el San Bernardino y las otras morras sin poderes, pero Sarah sí los tiene aún y vivirá siempre siendo una joven bruja.

¿Qué aprendimos de la Jóvenes Brujas? Que ser dark, o parecerlo, tiene mucha onda; que los hechizos se regresan por triplicado; que se puede trabajar como adolescente cuando tienes casi 30 (como Dylan); pero lo más importante, que si te tragas la sangre de gente que ni conoces bien puedes sufrir gravísimas consecuencias de índole muy íntima y que los mejores amigos no te deben matar.


Siempre suyo... Roi.